De: Alex Galindo
Es una película de los 80 basada en la historia real del boxeador Jake LaMotta. Al estar filmada en blanco y negro, se aleja de las típicas películas deportivas y toma tintes de documental, aunque con la increíble actuación de Robert De Niro.
Las escenas de boxeo, y en general su historia, no buscan emocionar, ya que están mostradas con tal crudeza que incomodan. No lo digo como algo malo, sino como algo transparente y sensato sobre lo que fue la vida de Jake y, de alguna forma, reflejan un poco de los muchos conflictos internos que tenía.
De hecho, llama la atención que ni siquiera se centra en una buena etapa de la carrera de Jake, pues la actuación de De Niro está enfocada en la decadencia del boxeador, dando como resultado un personaje hundido en los celos, la frustración, las inseguridades y —hasta cierto punto— el odio a sí mismo. LaMotta no es un personaje heroico con un final feliz; al contrario, es alguien que se daña al mismo tiempo que arrasa con sus rivales.
